Hoy terminamos nuestro
caliz y las
gotas de sangre en fieltro que representan la
Sangre Preciosa de Cristo, para hacer nuestra
Oración de Reparación al Sagrado Corazón. Esta
idea la ví en el blog de "Under Her Starry Mantle", y me gusto tanto que también quise hacerla.
Como nosotros no teníamos una copa tan bonita como Anne, tuvimos que hacer una. Lo que utilizamos fue una copa de cristal (de las que ya tenía), un poco de fieltro rojo para hacer las gotas (31, una para cada día del mes), pintura acrílica dorada y morada, y glitter.
Después de darle dos pasadas de pintura dorada, la dejamos secar y luego pintamos una cruz morada. Por último, la decoramos con glitter.
Y así nos quedó en nuestro altar en casa (las vestiduras están de blanco porque hoy se celebró a San Enrique, emperador de Alemania):
Esta es la copa antes y después:
Ahora el propósito es rezar juntos esta oración de expiación y desagravio cada día y colocar una de las gotas de sangre en la copa. Amén.
Oración Final de la Corona de la Sangre Preciosa de Jesús
(Visita esta fuente para ver toda la Corona)
¡Oh sangre preciosísima de vida eterna, precio y rescate de todo el universo, bebida y purificación de nuestras almas, que defiendes continuamente la causa de los hombres ante el trono de la suprema misericordia! Os adoro profundamente, y quisiera desagraviaros, hasta donde me sea posible, de las injurias y ultrajes que recibís continuamente de las criaturas humanas; y especialmente de aquellas que se atreven temerariamente a blasfemar de Vos. Y ¿quién no bendecirá esta sangre de infinito valor? ¿Quién no se sentirá inflamado de amor para con Jesús que la derramó? ¿Qué sería de mí si no hubiese sido rescatado por esta divina sangre? ¿Quién os sacó hasta la última gota de las venas de mi Señor? ¡Ah! el amor fue ciertamente. ¡Oh amor inmenso, que nos has dado este bálsamo saludable! ¡Oh bálsamo inestimable, emanado de la fuente de un amor inmenso! ¡oh! haced que todos los corazones y todas las lenguas puedan alabaros, encomiaros y daros gracias ahora y siempre y hasta el día de la eternidad. Amen.
¡Todo por amor a Cristo y a su Iglesia!