El 2 de febrero, nuestra Iglesia celebra la Presentación de Jesús en el Templo. Según la tradición judía, José y María tuvieron que llevar a Jesús al templo a los cuarenta días de nacido.
Según el lugar en donde vivas, habrá diferentes tradiciones, pero la idea es la misma. Por ejemplo, en Cuernavaca, Morelos, México, muchas personas llevan la imagen de un Niñito Jesús a bendecir. En una ocasión me tocó ver esto y ¡fue hermoso! Me pareció una excelente forma de representar esta fiesta litúrgica. ¡La iglesia se veía llena de familias con sus imágenes del Niñito Jesús!
La historia de esta fiesta es interesante. Según el sitio de Corazones, en los primeros seis siglos, esta fiesta se celebraba el 15 de febrero (que corresponde a los 40 días de la Epifanía), pero desde entonces se celebra el día 2. También dice que ya era parte de la liturgia en el siglo VII y en el siglo X ya tenía la categoría de solemnidad.
“Cuando, según la ley de Moisés, se cumplieron los días de la purificación de ellos, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: “Todo varón primogénito será consagrado al Señor” y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor" ( Lev 2, 22-24).
En este día, conmemoramos el misterio de Jesús que se encuentra con su pueblo (al encontrarse con Simeón y Ana) y el ritual de purificación de la Virgen María.
En esta ocasión (el año pasado), no tuvimos oportunidad de hacer algo muy elaborado, pero para no dejar pasar la ocasión, simplemente coloqué una imagen de la sagrada familia junto a nuestro cirio, y puse un pequeño letrero para recordar la fiesta del día. Después, durante la comida, hablamos sobre este pasaje y rezamos el misterio gozoso del santo rosario. Tu, ¿cómo celebras este día?
¡Todo por amor a Cristo y a su Iglesia!
Xhonané
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