"Ha sido costumbre muy general y antigua llamar Rey a Jesucristo, en sentido metafórico, a causa del supremo grado de excelencia que posee y que le encumbra entre todas las cosas creadas. Así, se dice que reina en las inteligencias de los hombres, no tanto por el sublime y altísimo grado de su ciencia cuanto porque El es la Verdad y porque los hombres necesitan beber de El y recibir obedientemente la verdad. Se dice también que reina en las voluntades de los hombres, no sólo porque en El la voluntad humana está entera y perfectamente sometida a la santa voluntad divina, sino también porque con sus mociones e inspiraciones influye en nuestra libre voluntad y la enciende en nobilísimos propósitos. Finalmente, se dice con verdad que Cristo reina en los corazones de los hombres porque, con su supereminente caridad(1) y con su mansedumbre y benignidad, se hace amar por las almas de manera que jamás nadie -entre todos los nacidos- ha sido ni será nunca tan amado como Cristo Jesús. Mas, entrando ahora de lleno en el asunto, es evidente que también en sentido propio y estricto le pertenece a Jesucristo como hombre el título y la potestad de Rey; pues sólo en cuanto hombre se dice de El que recibió del Padre la potestad, el honor y el reino(2); porque como Verbo de Dios, cuya sustancia es idéntica a la del Padre, no puede menos de tener común con él lo que es propio de la divinidad y, por tanto, poseer también como el Padre el mismo imperio supremo y absolutísimo sobre todas las criaturas." Encíclica QUAS PRIMAS del Sumo Pontífice PÍO XI sobre la Fiesta de Cristo Rey
En el 2010, tuvimos necesidad de viajar a otra ciudad, nos hospedamos con los padrinos de mi hijo mejor ese fin de semana. Para no dejar pasar la celebración, le propuse a mi comadre que hiciéramos algo juntas. Como teníamos un compromiso ese día, hicimos algo sencillo entre las dos familias, pues lo importante era ¡celebrar en familia la solemnidad de Cristo Rey!
Después de comer, hicimos un brindis por nuestro Rey de Reyes, cantamos un himno a Cristo Rey y luego nuestros hijos y esposos tocaron algo en sus instrumentos.
¡Qué bendición celebrar con otros las principales fiestas de nuestra Iglesia! Eso nos da sentido católico o universal, sabiendo que nos unimos a otros hermanos en otras partes del mundo.
¡Viva Cristo Rey! ¡Viva!
¡Todo por amor a Cristo y a su Iglesia!
Xhonané
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