"... del amor fue la heroica prueba el generoso ofrecimiento que él mismo [San Maximiliano Kolbe] hizo de sí al cambiarse por un compañero de prisión, ofrecimiento culminado en la muerte en el bunker del hambre e, 14 de agosto de 1941... '¡Ave María!': fue la última invocación de los labios de San Maximiliano María Kolbe mientras sostenía el brazo de quien lo mataba con una inyección de ácido fénico. Es conmovedor constatar cómo el recurso humilde y fiel a la Virgen es siempre fuente de valor y serenidad". Papa Benedicto XVI, 13 de agosto 2008
A mí me conmueve mucho el testimonio de San Maximiliano Kolbe, sobre todo su especial devoción a nuestra Madre María, que hasta el último momento, dedicó sus últimas palabras a ella. El año pasado hicimos nuestra consagración a los corazones de Jesús y María, y dentro de las meditaciones, venían varias citas de San Maximiliano que me inspiraron mucho.
Pero lo que a mis hijos les sigue llamando la atención, son las dos coronas que aceptó de las manos de María, la del martirio y la de la pureza, por eso hemos seguido haciéndolas en casa. ¡Son un gran recordatorio del ejemplo a seguir!
¡San Maximiliano, ruega por nosotros!
¡Todo por amor a Cristo y a su Iglesia!
Xhonané
No hay comentarios.:
Publicar un comentario