"Mamá, cuando me reprochaste, pedí mucho a la Virgen me dijera lo que sería de mí. Lo mismo en la iglesia, le volví a rogar. Entonces se me apareció la Virgen, teniendo en las manos dos coronas: una blanca y otra roja. Me miró con cariño y me preguntó si quería esas dos coronas. La blanca significaba que perseveraría en la pureza y la roja que sería martir. Contesté que las aceptaba... (las dos). Entonces la Virgen me miró con dulzura y desapareció". Palabras de San Maximiliano Kolbe.
¡Todo por amor a Cristo y a su Iglesia!
Xhonané
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Hermosa historia, gracias por compartir este detalle. Cariños
ResponderBorrarDe acuerdo. A mi me impresiona mucho que San Maximiliano haya aescogido las dos coronas... me pregunto qué hubiera escogido yo...
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