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miércoles, 5 de enero de 2011

Año Nuevo, Lucha Nueva... decía San Josemaría Escrivá

Fuente Foto: Alacet.org
Por Cynthia Garza de Hernández

Éste fue el lema que propuso San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, al comenzar el año 1972.

Andrés Vazquez de Prada comenta en la biografía del fundador del Opus Dei, cómo enfocaba ese año nuevo, cuando remendó el dicho popular: "Año nuevo, vida nueva"...

"El Padre comenzó a hablar despacio. Trataba de encerrar en pocas palabras los sentimientos de aquel año que acababa. Aquel mismo día había redactado una ficha con sus reflexiones. Había tomado nota de una frase en la que resumía sus pensamientos. Sacó del bolsillo la agenda y les leyó: Éste es nuestro destino en la tierra: luchar por amor hasta el último instante. Deo gratias!...

Había echado una rápida ojeada al año 1971, hacía un pequeño examen, como todo mundo hacemos. Porque sabía bien, cuáles eran las luchas que venía padeciendo en los últimos años, y también su raíz. De manera que, sin dejarse arrastrar por el desaliento, se decidió a recomenzar una vida nueva, limpia y entregada en generoso sacrificio al Señor.

No era, propiamente, un cambio de vida. Más bien, una REAFIRMACIÓN de su afán de servicio.  En ese momento lo hacía porque estaba terminando un año, y comenzando otro. Pero hay que pensar que todos los días son igualmente buenos para servir a Dios. Y para recomenzar, en pequeñas cosas y a veces en algunas mas gordas".

San Josemaría, se pasaba la existencia recomenzando, recomponiendo lo que se rompía o se desviaba en su vida interior. Haciendo actos de contrición, arrojándose arrepentido en brazos de Dios, como el hijo pródigo de retorno a la casa paterna, porque "la vida humana es, un constante volver hacia la casa de nuestro Padre. Volver mediante la contrición".

Es muy breve el espacio de un año para cambiar el estado del mundo. Pero tenemos un tiempo para poder lograr lo que en nuestra pequeña viña, o sea de nuestra parte, hay que sembrar o arrojar fuera en beneficio propio y por consecuencia de los demás. Pero siempre por amor a Dios.

No debemos ser pesimistas, No pensar en la fugacidad del tiempo. APROVECHARLO, porque se nos va de las manos. Y no vuelve. La buena voluntad de mejorar en la vida interior, con la ayuda de la gracia, necesariamente hace sobrenaturalmente fecundos los doce meses que vendrán.

"El tiempo es un tesoro que se va, que se escapa, que discurre por nuestras manos como el agua por las peñas altas. Ayer pasó, y el hoy está pasando. Mañana será pronto otro ayer. La duración de una vida es muy corta. Pero, ¡cuánto puede realizarse en este pequeño espacio, por amor de Dios!", decía San Josemaría.

La Iglesia necesita de hijos fieles, que reparen por los hijos desleales. Que nuestra conducta recta, alegre y limpia, sea un consuelo para Dios y para muchos un ejemplo a seguir. Tenemos como parte de nuestra actual historia el drama de la defensa de la vida, en todos los estados, desde su inicio, en la concepción, niñez, juventud, madurez y vejez.

El tema de la familia, la libertad de fe, la paz, la inmigración, violan fuertemente la caridad y la justicia. Nuestro Papa Benedicto XVI nos dice: "aliento a todos a vivir con renovado entusiasmo la vocación cristiana en el seno del hogar, como genuinos servidores del amor que acoge, acompaña y defiende la vida. Haced de vuestras casas un verdadero semillero de virtudes y un espacio sereno y luminoso de confianza, en el que guiados por la gracia de Dios se pueda sabiamente discernir la llamada del Señor, que sigue invitando a su seguimiento".

Si vamos por este camino aseguramos nuestra santidad y ayudaremos a otros a que se decidan a comenzar un camino más cerca de los sacramentos. Nuestra lucha es, suprimir defectos y mejorar de vida; pues —como explicaba San Josemaría— "la santidad está en tener defectos y luchar contra ellos, pero nos moriremos con defectos".

En las guerras del mundo, se buscan aliados, como estrategia para ganarlas, pues entonces hemos de hacer un apostolado fuerte, constante, intenso y con santa desverguenza, aunque nos llamen locos. Y aliarnos, juntos podemos mas. COMPROMETERNOS, no tener miedo al compromiso, enfermedad del mundo actual.

Hemos recibido mucho, nacimos en una familia cristiana, que nos ha enseñado valores, o quizá el Señor ha llegado en busca nuestra y nos ha acomodado las cosas para que alguien nos ayudara cuando recorríamos la vida sin sentido.

Y eso nos ha hecho endeudarnos, y hemos de pagar por amor esa hipoteca social que hemos adquirido, dando de lo que tenemos a los demás. Hay un dicho oriental que dice: "Lo que no se dá, se pierde".

Somos milicia, esa es la vida del hombre cristiano, luchar cada día para llegar a ganar la batalla. San Pablo nos dice que hay que correr bien y por el camino. San Josemaría: "¡No os avergoncéis de ser soldados de Cristo, personas que tienen que luchar!"..."Vosotros, hijos míos, lucharéis siempre, y también yo procuraré luchar siempre, hasta el último momento de mi vida. Si no luchamos, quiere decir que no vamos bien. En la tierra no podemos tener nunca esa tranquilidad de los comodones, que se abandonan porque saben que el porvenir es seguro. El porvenir de todos nosotros es incierto, en el sentido de que podemos ser traidores a Nuestro Señor, a nuestra vocación y a la fe".

La sangre del soldado hace grande al capitán. Si damos nuestra vida por Cristo, le dará gloria y extenderá su reino de paz y amor.

Pero el Papa Benedicto XVI nos dice que la esperanza es una actitud profundamente humana y que justamente a partir de aquello que esperamos puede medirse la estatura moral y espiritual del hombre. O luchamos o seremos esclavos del pecado y luchar con la esperanza de ser vencedores y sintiéndonos niños pequeños y amados de Dios, así no nos avergonzaremos de caer tantas veces y levantarnos otras tantas.

Solo tendremos paz, que es consecuencia de la guerra que el cristiano ha de sostener contra todo lo que en su vida no es de Dios, soberbia, sensualidad, egoísmo, superficialidad, la estrechez de corazón, contra la comodidad y el conformismo.

Es importante sentirnos Iglesia y saber que lo que hacemos ayuda o perjudica a todos, por la Comunión de los Santos.

Una buena meta para este año, nuestra vida al servicio de los demas, Nuestros propósitos también en servicio de todos, que sean pocos y muy concretos, pero saber poner las últimas piedras en lo que comenzamos.

La Sma. Virgen siempre está pendiente de lo que necesitamos, pidámosle con confianza, de hijos pequeños, para que todo, o casi todo, lo tenga que hacer Ella. Pero como en las Bodas de Cana, tendremos que llenar las tinajas, hacer cada uno lo nuestro, para que Dios ponga el incremento y se obren maravillas a traves de nuestra poquedad.

LA SANGRE DEL SOLDADO HACE GRANDE AL CAPITÁN.

5 comentarios:

  1. Me encanta que hayas posteado sobre esta frase. Mi esposa nos lo repite cada año y es un buen lema. Felicidades. Un beso

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  2. beutiful reflection. st. josemaria chose my family. he will serve as one of our patron saints for 2011.

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  3. Gracias por tu comentario Angelo y por pasar por aquí!!

    Joyfilled family, what a blessing to have such a saint as a patron saint! He is special to us too! Thank you for stopping by!!

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  4. Que bueno que tienes a mi modelo de Santo a seguir aquí en tu blog, tenía muchas ganas de escribirte el día que lo celebramos, el pasado 26 de junio, El Santo de lo ordinario como lo llamaba Juan Pablo II.
    En mi casa con mi niño de 3 años, recortamos de revistas muchas personas de diferentes profesiones: cocinera, maestra, doctor, albañil, bombero, etc, luego dibujamos en cartulina un mundo grande, en medio dibujamos la cruz de Cristo, y al rededor todos los personajes antes recortados, debajo escribí esta frase de San Josemaria: " en la línea del horizonte parecen unirse el cielo y la tierra, pero donde verdaderamente se unen es en tu corazón cuando vives santamente la vida ordinaria".espero lo hagas para el prox 26 de junio.
    Un abrazo,
    "

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