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martes, 2 de noviembre de 2010

San Martin de Porres - 3 de Noviembre

Fuente Foto: http://www.joseantonioavalos.com/
* Si quieres usar esta imagen, lo único que pide al autor es que le des crédito.

"...imiten los ejemplos de humildad y caridad que él dejó...de manera que, mientras procuran un honesto adorno del cuerpo, busquen también la belleza del espíritu". Papa Pablo VI al nombrarlo protector de los peluqueros.

Como latinos, no podemos dejar de celebrar a San Martín de Porres. Aunque sea de manera sencilla, recordemos algunas virtudes de este gran santo: la humildad y la caridad.

San Martín nació en Lima, Perú, el 9 de diciembre de 1569. Mu madre fue panameña y su padre español. Por su color, sufrió el desprecio de muchas personas a lo largo de su vida. Entró en la orden de los Dominicos como hermano lego, aceptando prácticamente el último lugar entre ellos y los trabajos más humildes (por eso se le recuerda con una escoba). Por su espíritu de servicio, la gente lo llamaba "Martin de la Caridad". Se dice que él siempre trató de manera amable a todos, incluyendo a los que lo maltrataban. ¿Qué sería vivir en esa época como mulato?, ¿Cómo me sentería yo de ser despreciada por el color de mi piel?, ¿Cómo aprendió San Martín a amar y servir a los demás de manera incondicional?...

Para mañana, estoy planeando ver la Película de "Fray Escoba" con mis hijos para comentarla como familia y reflexionar en lo que podemos aprender de él. Aquí está un videoclip de un minuto para que tengas una idea de qué se trata; pero si quieres verla completa, lo puedes hacer en ConviccionTV.



Para leer más sobre San Martin, te recomiendo que vayas a Corazones.org. Dios te bendiga.

¡San Martín de Porres, ruega por nosotros!

4 comentarios:

  1. Este es undo de los santos que todos deberian conocer. La humildad personificada.Me encanta.
    Un abrazo

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  2. ¡Con gusto Mariauxi!! ¡A mí también me encantó!

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  3. De acuerdo Angelo!!! Ya vimos la película, me sorprendió que tiene muchas cosas que ya habíamos leído sobre él. Todo un ejemplo de humildad, no cabe duda. ¡San Martin, ruega por nosotros!

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