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martes, 20 de abril de 2010

Amor al Papa

Por Cynthia Garza de Hernández

"El amor al Romano Pontífice ha de ser en nosotros una hermosa pasión, porque en él vemos a Cristo". San Josemaría Escrivá de Balaguer, Amar a la Iglesia, 30

Celebración al Papa por obispos

"Tu más grande amor, tu mayor estima, tu más honda veneración, tu obediencia más rendida, tu mayor afecto ha de ser también para el Vice–Cristo en la tierra, para el Papa. -Hemos de pensar los católicos que, después de Dios y de nuestra Madre la Virgen Santísima, en la jerarquía del amor y de la autoridad, viene el Santo Padre"San Josemaría Escrivá de Balaguer, Forja, 135

“Ahora, en este momento, yo, débil siervo de Dios, he de asumir este cometido inaudito, que supera realmente toda capacidad humana. ¿Cómo puedo hacerlo? ¿Cómo seré capaz de llevarlo a cabo? Todos vosotros, queridos amigos, acabáis de invocar a toda la muchedumbre de los santos, representada por algunos de los grandes nombres de la historia que Dios teje con los hombres. De este modo, también en mí se reaviva esta conciencia: no estoy solo. No tengo que llevar yo solo lo que, en realidad, nunca podría soportar yo solo. La muchedumbre de los santos de Dios me protege, me sostiene y me conduce. Y me acompañan, queridos amigos, vuestra indulgencia, vuestro amor, vuestra fe y vuestra esperanza”.

Éstas son las primeras palabras del Papa Benedicto XVI, el día de su elección como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, sucesor de Juan Pablo II., que celebraremos este 19 de abril hace cinco años.

Son palabras que nos hacen temblar el alma pues descubrimos en ellas, a un hombre que siente el peso de la muchedumbre de personas que formamos la Iglesia. Palabras de humildad, palabras donde nos implora nuestra compañía, nuestra fidelidad, nuestra aceptación incondicional, así como él aceptó incondicionalmente el cargo.

Sabe que solo la ayuda de todos, incluyendo los santos y por supuesto el Espíritu Santo podrán sacar adelante esta misión de salvación y de santificación del mundo.

Todos estamos esperando que el mundo de un giro, vemos a nuestro alrededor, tanto dolor, muerte, guerra, intolerancia, manipulación, egoísmo, injusticia, infidelidad, quiebros matrimoniales, ausencia de correspondencia al amor de Dios, mínima respuesta a las llamadas de entrega al servicio de la Iglesia, vocaciones religiosas, clericales, que se vienen abajo. Y nos preguntamos ¿qué está pasando?

Sabemos la respuesta; pero pasa que no queremos entregarnos por completo, que no queremos que nos exijan y menos que nos incomoden, incluso que no se atrevan a recordarnos los benditos compromisos de ser católicos, que cuando alguien como es el Papa en este momento nos invita a una entrega total a Cristo, que nos invita a abrirle el corazón a Cristo que es el que no quita nada, sino que al contrario nos dará la vida y Vida Eterna, nos retiramos o nos ensordecemos y pensamos que es demasiado, que la vida nos llama a otras ocupaciones, que nos impiden ir de la mano con estas exigencias.

Hemos sacado a Dios de nuestras vidas y los resultados son tan dolorosos, como dije antes: en la familia, en la sociedad, en los países y personas mas pobres, en los niños, en los débiles, en los enfermos.

En la historia de los santos hay muchos Papas entre ellos, ¿y que ha hecho que se alcancen la santidad? Simplemente que al cumplir su misión como cabeza de la Iglesia, el peso de los errores y además sumado a la crítica y desobediencia de muchos, a ellos los ha llevado a ser santos, a unirse mas a Dios a amar su camino, para que los hombres se salven.

Me pregunto, ¿por qué lo hacen?, ¿por qué dicen que sí, que están dispuestos a sufrir todo tipo de injurias, críticas, cansancios?

Saben que son el mismo Cristo al aceptar ese cargo, y como lo diría Juan Pablo II, cuando le preguntaban si dejaría su labor cuando estaba muy enfermo, contestó que si Cristo no se había bajado de la Cruz , él tampoco lo haría.

¿Que lleva a un hombre darse de esa manera? ¡El amor a Cristo! y amor a la Iglesia que somos todos.

No es la excepción nuestro Santo Padre Benedicto XVI, lleva el peso de nuestras incoherencias, de nuestro descamino. Cuando fue electo Papa, su hermano comentó sorprendido ¡no sé como lo hará porque es tan tímido!

Hace algunos años el Cardenal Ratzinger pedía a su Santidad Juan Pablo II le permitiese retirarse a Alemania dejando su cargo en el Vaticano, para escribir y descansar, Juan Pablo II le pidió que se quedara, que lo seguía necesitando la Iglesia. El Cardenal lo aceptó y siguió trabajando con el amor y entrega de siempre. No sabía ni él ni nadie que después de sentirse cansado y con deseos de retirarse a una vida mas tranquila, Dios le pediría ser la Cabeza de la Iglesia, el Dulce Cristo en la Tierra, como lo llamaría Sta. Teresita del Niño Jesús.

Le esperaba una muchedumbre de personas que esperaba la figura parecida de Juan Pablo II, que con su carisma se ganaría el cariño de inmediato. Pero nó, Benedicto XVI fue criticado desde el principio primero por ser Alemán, y luego porque no es como Juan Pablo el Grande. Tantos comentarios como el siguiente cada uno hemos oído, --es que Juan Pablo….. era tan distinto--

Si los apóstoles le hubieran pedido a Pedro que fuera igual en su forma de ser, y le hubieran exigido el mismo carisma que tenía Jesús, lo hubieran dejado solo, era imposible, son dos personas distintas, dos formas de ser distintas.

Sin embargo lo siguieron porque sabían que Jesús lo había preparado para ser Cabeza y Pastor de la Iglesia. Lo amaron por sobre sus errores, que no fueron pocos, y lo obedecieron y lo ayudaron, sin poner peros, ni críticas, todos entregaron su vida como mártires excepto Juan, y construyeron una Iglesia que nos han heredado.

Fidelidad, comprensión, amor, fe, obediencia, entrega. Así como Pedro y todos sus sucesores se han apoyado en cada católico, para seguir adelante, ahora la Iglesia junto con la Cabeza nos piden santidad, santidad personal a cada uno. Pase lo que pase, la barca de Pedro no se hundirá porque Cristo está en ella. Pero se necesita nuestra correspondencia y apoyo, nuestro esfuerzo por hacer llegar a la orilla esa barca que navega desde hace mas de veinte siglos.

Recordamos ese pasaje del Evangelio donde los apóstoles despiertan al Señor dormido en la barca sacudida por la tempestad, y le dicen “¿qué no te importa que perezcamos?” y la contestación inmediata de Jesús, hombres de poca fe.

Donde está Dios, nunca habrá mal que pueda vencer al bien, Él es el bien Sumo, junto a Él estaremos siempre a salvo, junto a Él estaremos seguros, y mantenernos junto a Él es estar al lado del Papa, él es el Vice-Cristo en la tierra, es el mismo Cristo.

Pidamos a Dios en el 5º aniversario de su elección, que nos renueve en nuestro amor, y veneración a su persona y misión. Lo ayudaremos como rebaño a su Pastor escuchando su voz y obedeciendo a su silbido. Silbido que sin duda nos llevará por el camino de los santos, de los mártires, que ha sido la historia de nuestra bendita Iglesia.

Podemos ser mártires en lo cotidiano, haciendo lo que nos toca a cada uno, por amor a Dios, podemos ser santos en el cumplimiento de las cosas pequeñas que a cada uno nos compete, que a cada uno le ocupan. Y veremos el cambio que tendremos en la sociedad. Si cada uno luchamos por ser mejores, por quitar y arrancar lo que a Dios ofende poco a poco transformaremos nuestro mundo, desde el respeto a la ecología, hasta el respeto a la vida humana desde sus comienzos, y por supuesto en su final.

Tratemos de rezar un poco mas, a lo que ya hacemos, tratemos de confiar y abandonarnos en su misericordia, sabiendo que aunque algunas veces costoso es para nuestro bien. Y por supuesto amemos incondicionalmente a Nuestra Santa Madre la Iglesia, con la fe de que como está asistida por el Espíritu Santo no se equivoca.

“Yo permaneceré con vosotros hasta el fin de los tiempos”

Te animo a que visites el blog "Razones para Vivir". José Menchón compartió un excelente video sobre el papa que se llama "Do you know Pope Benedict XVIII?" (¿Conoces al Papa Benedicto XVIII?), está hecho por estudiantes universitarios, ¡te va a gustar!

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