viernes, 15 de noviembre de 2013

Página Litúrgica para Noviembre: Mes de las Almas del Purgatorio (Fieles Difuntos)


Para el mes de noviembre, hicimos esta página litúrgica dedicada a las Almas del Purgatorio (en este otro post puedes ver las de los otros meses). La página para colorear la encontré en el sitio de Sanctus Simplicitus. Lo único que hice fue pegarla temporalmente en un documento de word, la alargué un poco más y la imprimí.

Esto es lo que nuestra Iglesia nos dice sobre el Purgatorio en el Catecismo:

III. La purificación final o purgatorio

1030 Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo.

1031 La Iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al purgatorio sobre todo en los Concilios de Florencia (cf. DS 1304) y de Trento (cf. DS 1820; 1580). La tradición de la Iglesia, haciendo referencia a ciertos textos de la Escritura (por ejemplo 1 Co 3, 15; 1 P 1, 7) habla de un fuego purificador:
«Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio, existe un fuego purificador, según lo que afirma Aquel que es la Verdad, al decir que si alguno ha pronunciado una blasfemia contra el Espíritu Santo, esto no le será perdonado ni en este siglo, ni en el futuro (Mt 12, 31). En esta frase podemos entender que algunas faltas pueden ser perdonadas en este siglo, pero otras en el siglo futuro (San Gregorio Magno, Dialogi 4, 41, 3).
1032 Esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la Escritura: "Por eso mandó [Judas Macabeo] hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado" (2 M 12, 46). Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarístico (cf. DS 856), para que, una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios. La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos:
«Llevémosles socorros y hagamos su conmemoración. Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su padre (cf. Jb 1, 5), ¿por qué habríamos de dudar de que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo? [...] No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos» (San Juan Crisóstomo, In epistulam I ad Corinthios homilia 41, 5).


Es importante que como familia católica, intercedamos por las almas del purgatorio. En este mes en especial, hagámos propósitos concretos que ayuden a nuestros hijos a aprender esta devoción de intercesión. En CatholicNet puedes ver las condiciones para alcanzar indulgencias plenarias.


Por último, quiero comentar que me encantó este dibujo porque creo que ejemplifica muy bien lo que sabemos del Purgatorio. Las almas que decidimos colorear son las que ya están listas para ir al cielo (incluso ya tienen el alo) y las que están en blanco y negro son las que todavía necesitan purificarse. Cuando le estaba explicando esto a mi hijo, también notamos que en el purgatorio hay todo tipo de almas, incluso un monje, una religiosa, una niña, etc. Es decir, ¡cualquiera puede llegar a ahí! Por eso muchos santos preferían sufrir en esta vida y no en el purgatorio.

¡Todo por amor a Cristo y a su Iglesia!

Xhonané

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